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Mariano Pelliza 4059

Munro

Eliminación de tatuajes

Los primeros tatuajes datan de hace más de 5.000 años, así como el deseo de eliminarlos. Se estima que más de diez millones de personas han sido tatuadas sólo en los Estados Unidos. Aproximadamente un tercio de las personas con tatuajes en algún momento de sus vidas deciden quitarlos. En el pasado este deseo siempre fue contrapesado por el riesgo de cicatrices permanentes, a menudo peores que los propios tatuajes.
Fue sólo con el advenimiento de la tecnología láser QS (Quality Factor – Switched Laser) que se hizo posible desarrollar sistemas para la eliminación de tatuajes de  manera eficaz y no invasiva.
Es importante observar el tatuaje cuidadosamente antes de comenzar el tratamiento para quitarlo. Un tatuaje consiste principalmente en un cromóforo exógeno inyectado en la piel. Las partículas de tinta son fagocitadas por los fibroblastos de la dermis y permanecen confinadas permanentemente a la capa superior de la piel.

La densidad y la profundidad de la tinta son los factores más importantes que influyen en los resultados del tratamiento de eliminación de tatuajes. Por ejemplo, los tatuajes aficionados requieren un tratamiento diferente de tatuajes profesionales. Para tatuajes aficionados normalmente se utiliza tinta negra a base de carbono, con pigmentos de baja densidad ubicados a diferentes profundidades de la piel. En su lugar, los tatuajes profesionales consisten en varios pigmentos de color y tienen una densidad de tinta muy alta a una profundidad muy uniforme en la piel. Dadas sus características específicas, los tatuajes aficionados normalmente requieren menos sesiones para ser removido que los tatuajes profesionales.

¿Cómo funciona?

La característica principal del láser Q-Switched es su capacidad para generar un pulso extremadamente potente (en mega watts) en tiempos muy cortos (varios nanosegundos), produciendo un efecto «fotoacústico» que rompe el pigmento del tatuaje. El pigmento profundo se elimina a través de las células fagocitarias mientras que el pigmento más superficial se elimina en de forma transepidérmica. Finalmente, las alteraciones pirolíticas del pigmento causadas por el láser hacen que cualquier pigmento residual sea menos visible. Estas emisiones láser cortas permiten que el efecto térmico se limite al objetivo, en este caso el pigmento del tatuaje, protegiendo así el tejido circundante.

Para que el tratamiento sea eficaz, la luz láser debe ser absorbida por el pigmento. Sin embargo, los colores del tatuaje son a veces múltiples y por lo tanto un solo laser puede no ser suficiente para quitarlos todos. El sistema DEKA, trabaja con 4 longitudes de onda, permitiendo así eliminar varios colores con sólo un láser. Trabajando en el infrarrojo (1064 nm), los tatuajes negro y azul pueden ser tratados, mientras que la luz verde (532 nm) actúa sobre los colores rojo y rojizo; recientemente introdujo un cabezal para trabajar con la gama de los verdes (650 nm) y otro para trabajar la gama de los celestes y azul claro (585 nm).